lunes, 19 de mayo de 2008

ALC-UE: El largo aprendizaje de ser y parecer socios

Se dio la partida para la V Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, cuya agenda principal incluye el tratamiento del cambio climático y la lucha contra la pobreza, problemas acuciantes de nuestros tiempos, vinculados entre sí y que demandan acciones concretas para enfrentarlos.
Para el Perú, como país anfitrión, esta cita mundial representa un arduo reto y también una oportunidad de demostrar su vocación hospitalaria y organizadora. Hoy podemos mostrar estabilidad y mejores indicadores económicos y decirle al mundo que estamos convencidos de que podemos seguir mejorando, recibiendo inversiones y atrayendo más turistas, para dar progresivamente el salto cualitativo al desarrollo.
EL GRAN DESAFÍO LATINOAMERICANO
Ese es también, desde una perspectiva más amplia, el desafío de latinoamericanos y caribeños: poner en evidencia su compromiso con la democracia y los principios de la economía social de mercado y la cooperación internacional como bases para un nuevo entendimiento con las naciones europeas que, salvo contadas excepciones, no pueden todavía mirar como socio a este lado del mundo, pues están inmersas en sus problemas de institucionalidad u otros.
Por supuesto que somos conscientes de que nos separan distancias transatlánticas, así como disímiles indicadores de calidad de vida y bienestar. Sin embargo, en tiempos de globalización, de mayor intercambio y de autocrítica para aceptar responsabilidades compartidas, creemos que están puestas las bases para empezar a mirarnos de otro modo y, en un futuro cercano, avanzar a tender puentes estratégicos de mayor integración, para finalmente tratarnos como socios de acuerdo a nuestro potencial.
Lamentablemente, la coyuntura encuentra a los latinoamericanos divididos, debido principalmente al proyecto expansionista y trasnochado del presidente venezolano Hugo Chávez, que propugna el estatismo socialista. Eso es lo que deben palpar objetivamente los europeos, para no insistir a rajatabla en una negociación comercial en bloque con la Comunidad Andina.
Entendemos también que la Unión Europea, como foro político y económico, representa un proyecto exitoso pero no exento de problemas al día hoy. Consolidar las instituciones europeas, promover la inclusión de Europa Central y afinar otros mecanismos legales para, entre otras cosas, afrontar la imparable migración, son aspectos que demandan su atención prioritaria.
Pero, desde la perspectiva latinoamericana, la UE tiene también que reconocer su corresponsabilidad en dos problemas gravitantes, como el narcotráfico y el calentamiento global, que de una u otra forma afectan los indicadores de pobreza en nuestra subregión.

HAY QUE ASUMIR CORRESPONSABILIDAD
Y si los líderes europeos y latinoamericanos son consecuentes, pues deberán incluir en sus conclusiones respuestas concretas a estos graves problemas, así como mecanismos de financiamiento, ejecución y seguimiento. Europa es destino principal de las mafias de la droga y por otro lado, junto con otras potencias, es emisor principal de gases contaminantes que dañan el ecosistema mundial y generan serios desastres ecológicos, así como problemas en la agricultura y la industria.
Del otro lado, la Unión Europea sigue siendo uno de los principales cooperantes en la lucha contra la pobreza, lo que es siempre bienvenido, habida cuenta de la paupérrima situación de ciertas regiones latinoamericanas. Sin embargo, al día de hoy, de lo que se trata también es de poner los medios para que la subregión pueda consolidar su posición expectante de crecimiento y dar el salto al desarrollo, de modo que con más inversiones, industria y empleo pueda remontar la pobreza crítica.
POR UN FONDO DE REFORESTACIÓN
Todo ello implica desbrozar el camino para futuros tratados de libre comercio con la UE, que no deben ser necesariamente pasados por la camisa de fuerza del bloque andino, sobre todo a sabiendas de que hay países como Bolivia y Ecuador que no creen en el libre comercio.
A más de ello, sería interesante e importante que, como ya se ha deslizado, Perú y Brasil, como países amazónicos, presenten formalmente una propuesta conjunta para aprobar un fondo de reforestación que permita destinar un porcentaje de la venta del petróleo, precisamente para mantener ese pulmón verde que oxigena al mundo.
Hay pues muchas maneras de acercar más a Europa y América Latina, en cuyo esfuerzo España ha jugado históricamente un papel decisivo. Es tiempo de potenciar esta relación tan antigua y de la que tanto podemos ganar unos y otros, a ambos lados del Atlántico.
El Comercio, 15/05/2008

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