jueves, 15 de mayo de 2008

Luis Rey de Castro: Alc-ue, Alg-ue, Apec, Apoc, Etc.

Espero que todos nos sintamos felices y realizados: seremos sede de todos los sedientos, al borde de la hegemonía mundial. Veremos salones deslumbrantes repletos de luces y banderitas, podios dignos de las NU, diplomáticos de todos los colores vestidos del mismo color, hoteles abarrotados de personajes y de banderitas, calles prohibidas y avenidas exclusivas, policías montados y desmontados por todas partes.
Y por supuesto, habrá discursos, muchísimos discursos de muchísimos diplomáticos y funcionarios, que para eso existen los Alc-ue y los Apec. Todos los discursos serán más o menos el mismo: sólo los expertos calificados –otros diplomáticos– pueden percibir las diferencias. Es decir, serán tan útiles y provechosos como los discursos en la ONU, la OEA, la OIT, la UNESCO, la FAO, la OMS, etc., organismos a los que no se podrá acusar jamás de haber resuelto un problema: ningún problema en ninguna parte. Como ya no se puede invitar a Fidel, prócer de AL y su más digno representante democrático, espero que hayan invitado a Raúl, el nuevo Alcaide de esa cárcel.
Tiempo para discursos y para vacaciones. Oficinas cerradas, organismos de fiesta, negocios en domingo perpetuo, vacaciones para todos. Como somos un país más rico que los países ricos, nadie pagará los días feriados. Ni falta que hace: el Perú es un país muy próspero, en el que los feriados de media semana llegan de tres en tres, para poder ensartarlos con los feriados de fin de semana. (Ejem.: feriados miércoles, jueves y viernes, para enganchar con sábado y domingo).
En el Perú, los políticos, los gobernantes y los funcionarios del Estado invierten muchísimo tiempo en decir que hay que crear trabajo. Para demostrarlo, de inmediato crean días festivos: “puentes” de verano y de invierno, “by-passes” de parranda universal, túneles de asueto en los que nadie tiene por qué trabajar. La explicación es sencilla: no es que falte trabajo, lo que falta son ganas de trabajar. Después del Alc-ue de esta semana vendrá el Apec, que dura todo el año y felizmente no acaba nunca. Pero como hay algunas semanas en que no pasa nada –y no hay motivos para feriado–, podríamos solicitar la sede oficial del Al-gue (gueveo permanente) y, de ser posible, pedir también la sede del conocido Apoc (apoco me aburro), sendos motivos de regocijo general y feriados-sin-salario. Lo maravilloso es que todo esto ocurra en ciudad bombardeada, intransitable, e inviable, en la que bajo la experta batuta del doctor Castañeda Lossio, todos los destructores de calles y avenidas se han dado cita, juntos y a la vez. Pero Castañeda no está solo en la organización del caos más completo que hemos visto en años: lo acompaña el alcalde de Miraflores, el compulsivo Manuel Masías, que le lleva muy bien la segunda. Ambos son tan hábiles organizando el caos y el disparate, que el primero bien puede tentar otra vez la Jefatura de Estado y el segundo, la Alcaldía de Lima. Perfectos ambos.

Correo, 13/05/2008

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