jueves, 15 de mayo de 2008

Rosa María Venegas Mello: Nuestra distancia social con Europa

Esta semana nuestro país será el anfitrión de la V Cumbre de América Latina, El Caribe y la Unión Europea. Cuarenta jefes de Estado participarán de esta importante reunión cuyas anteriores sedes han sido, entre 1999 y 2006, Río de Janeiro, Madrid, Guadalajara, y Viena. Ahora le toca a Lima.
Ser la sede de este evento es un especial reconocimiento para el Perú. Un mérito le corresponde al gobierno anterior, pues fue una gestión que se hizo en la cumbre anterior, realizada en Viena, en mayo del 2006. Otro mérito le corresponde a la ciudadanía del Perú, pues, a ojos del mundo, estábamos reconstruyendo nuestra democracia de manera pacífica y exitosa, luego de la dictadura fujimorista. El mérito del actual gobierno ha sido el de la organización de la cumbre.
Serán tres los grandes temas de debate y declaraciones que se producirán durante la cumbre: la pobreza, los grandes riesgos ambientales y el diálogo político.
Centrándonos en el tema de la pobreza, esperamos que los pronunciamientos señalen la gran deficiencia que desde hace décadas viene mostrando el tipo de economía predominante en Europa y en América Latina y El Caribe. Esa economía ha mostrado cifras de crecimiento. Se ha caracterizado por la liberalización de los mercados, el retroceso de los proteccionismos, la reducción de derechos laborales y sociales, y las mejoras tecnológicas que han reducido las distancias y acelerado las transacciones.
La gran deficiencia ha consistido en que los beneficios han sido distribuidos de manera muy desigual. En todo el mundo los ricos han aumentado su porción del pastel, los trabajadores tienen una porción más chica y los pobres son más pobres. Pero es en AL y El Caribe donde esa grave desigualdad se aprecia de manera más descarnada.
En el Perú, la economía se estabilizó relativamente en 1992 y luego tuvo alguna recuperación. Pero se aplicaron medios no equitativos, y hacia el año 2000 la pobreza fue mayor que en el 90 y los derechos laborales quedaran postrados. De allí, gracias al crecimiento de la economía mundial, el Perú ha seguido creciendo. Se le llama la nueva estrella del Pacífico, pero el esquema seguido ha sido prácticamente el mismo. Por eso, la pobreza apenas ha bajado y los derechos de los trabajadores casi no rigen.
La cumbre debiera puntualizar que el crecimiento no sólo se debe medir por el tamaño de la producción o por el aumento de las inversiones. Desde Europa vino el concepto de economía social de mercado. Por tanto el crecimiento se debiera medir también, y principalmente, por la generación de empleo decente, la modernización de la educación pública, la cobertura de la salud pública, el acceso a agua potable y electricidad, y por la interconexión comunicacional de la gente.
La reducción consistente, no episódica ni efímera, de la pobreza, no se logra con donaciones a los pobres. Esas donaciones sirven solamente para paliar las situaciones críticas o de emergencia. Pero no basta para lograr mejoras permanentes en la condición de nuestros pueblos. Una vez que la economía deja de crecer, o cuando los gobiernos tienen problemas económicos, las donaciones caen y la pobreza vuelve a crecer.
Expreso, 13/05/2008

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